23.5.10

Canción de cuna. Desfilan las canciones de cuna que te hamacaron en alguna brisa otoñal. Mi pecho parece de papel de diario mojado. Mi pecho va dejando restos en el asfalto cagado por caballos que pasaron a media tarde. Mi desespero es rotundo y mi saliva sólo quiere tomar mate toda la noche pero su deseo no es lo suficientemente valiente como para lograrlo. Desde el parlante suenan las canciones que fueron de mi cuna pero que nadie cantó. ¿Y mi musicalidad? Su origen quizás está en esas notas que resuenan con algún tipo de piel de gallina en mi dermis.

Saliva arrugona.

No hay comentarios: