25.2.10

Se estrelló contra un periódico. Ícaros ya sin sentido que no llegan ni a despegar sus pies del suelo. Dédalos sin sentido que ya no llegan a despegar sus pies del suelo. Soles ya sin sentido que no llegan ni a despegar sus pies del cielo. No comprendo. Asistentes del cambio y la liberación, esclavizados y encorvados caminando en línea recta. Las órdenes y las reglas del juego parecen ser no pisar por fuera de la línea recta: pie delante de pie, cual panqueso. Pero, ¿cuáles son las razones para obedecer las órdenes y las reglas del juego? Acaso no habría que replantearse como jugador, ¿cuál es el juego que estoy jugando? y ¿cómo lo quiero jugar? ¿Dónde está aquel que puso las reglas y los naipes sobre la mesa? ¿Dónde está y donde estuvo ese momento donde se repartieron las injustas cartas que hoy nos dejan jugar hasta lo permitido?

¿Aceptar el límite establecido?

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