26.8.08

Se puso de rodillas en un urinario con forma de confesionario. De chapa en vez de madera, pero con las mismas cruces por todos lados que separan al enjuiciado y pecador de la santidad que va a perdonarlo. Por debajo, en la madera, corre el amarillo liquido del ser. Residuos de una noche fatal, navegando entre alcoholes y drogas de cuchara.
El acusado, de rodillas en el urinario, le confeso susurrando a su hermana, aunque ella a millones de metros de su posicion, que tenia un monton que contarle. Pero que los tiempos habian cambiado. Un cambio de tiempos que al reves, hace que el teclado sea obsoleto y que la novedad sea escribir a puño y letra de tinta china. Le confeso susurrando "Hermana, tengo todos mis recuerdos en un cuaderno con sorpresas, pocos dibujos y muchos garabatos que en nuestro idioma dicen montones de cosas que vi en el viaje. No pude poner todas y por eso le ruego perdon. Perdon en mil idiomas."

Para vos Almeja.

1 comentario:

Mariana dijo...

Bruder, sería en alemán.

El mejor bruder.