10.8.08

No se tomó el ómnibus amarillo con un trescientos en fondo negro, es verdad. No pagó el boleto, no sintió el traqueteo característico ni algún oportuno "pasando al fondo" entonado casi como de murga. Se podría decir entonces que Luisalberto no viajó.
Pero no. Él pasó el límite. Tenían razón los que decían que había algo más, como otra dimensión, cosas distintas. Entre el horror y la paz, la emoción, lo nuevo, el destino. Destino Instrucciones.
Está pensando atentamente cual será el próximo movimiento en este ajedrez. Sabe que tendrá que ser solamente el correcto. Lo único que tiene claro es que estaban equivocados: no era un portal a algo desconocido, era un portal directamente a la vida. Ahora todo está ahí, como suspendido en el aire. Ya sé quien soy.

Darien Ameihe.

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