20.12.07

Usted no lo va a creer, pero le diré que tengo el presentimiento que no pintan las paredes desde aquellos años de trajes blancos y pies negros, de fotos en la puerta abiertas de piernas y diez viejos amigos viejos.
La tribuna se llama igual. No sé, y nunca supe, quien es Gualberto, nunca tuve el placer. Pero no importa. La esencia está en el olor ese que nunca va a abandonarlos.
El corredor sucio, la entrada llena de viejos tomadores y viejos jugadores de pool, las vitrinas plagadas de trofeos que ganaron muchos señores de boina expertos en el arte de las bochas, esa sala de arriba que sigue siendo tan idéntica que, creo con los ojos cerrados, aparecen las mismas figuras bajitas de puños extendidos.
Los años de gloria están reflejados en todas las telarañas que coronan las viejas placas de bronce, en las paredes sin haber vuelto a pintar, en las redes rotas, en las vitrinas polvorientas, en el patio sin barrer, en el viejo cartel de la federación desteñido y roto.
Las voces de sus más fieles comensales viven repitiendo que en otros tiempos era distinto, que se ganaba, que la actividad, que cuando yo era joven...
Arrugan la frente unos ancianos preocupados en darle al bochín, o embocarle con el vaso en la boca. Alguno de ellos recibió hace años el grito contento de diez bajitos que volvían de la competencia con trofeo y caras coloradas. Arrugan la frente, calculan el golpe y se dan vuelta a tomar otro trago.
Arriba, hay un vacío eterno y una ventana de cortinas blancas por donde entra todo el aire, por donde se ven todos los techos de las casas, los conventillos, los patios sucios y llenos de porquerías, los perros escuálidos tirados a la sombra y un niño peloteando solo contra una pared.
Arriba las voces están encerradas tras el vidrio. Las voces de Gualberto y sus años dorados, la de Armando y su hazaña deportiva, la de la muchacha que solo iba a ver, y veía y veía, y un día ya no volvió sola.
De carácter indomable, perseverante, cortés, íntegro y contrando su cuerpo y su alma, el mismo guerrero de blanco continúa pateando y golpeando en la nada, arriba, porque por la ventana abierta no quiere irse, al menos no antes de lograr la armonía.




Baekjul boolgool - In nae - Yom chi - Ye ui - Guk gi - para no olvidarse

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