22.12.07

Un calor motiva al diafragma. Sube, aspira, cierra lo ojos, aprieta los labios y vuelve al espacio de combate.
Se agarra la cabeza, suspira un segundo, pelea con fuerza y ahí está... la pared. Nada más.
Solo esa inmensa pared y diez pobres uñas para tirarla abajo.
La blancura, esa pureza que vuelve eterno al que combate contra uno mismo.
Es el camino de las manos vacías.




kara vacía te mano do camino - always in the tatami

No hay comentarios: