14.5.10

Mover el piecito. Mover el puto piecito con el fin de poder olvidar. Llegar a una isla. Que el piecito con su ritmo marque un surco en la arena que sin dudas sea lo que haga triunfar el día de hoy. No veo si es de noche, si es de día. Hay una persiana cerrada delante de mis ojos. Cataratas no me dejan ver y no estoy más que en plena vejez diurna pensando si habrá mañana. ¿Habrá mañana? Abra, mañana. Miro el agua. Busco en pleno mareo ese reflejo que me haga ver, que me haga verme. Si me han robado la puta sombra y el puto piecito ya no se mueve. No hace mover la arena, no hay surco porque no hubo sombra previa en el centímetro previo que la oscurece para ablandarla.
Si hubiera isla en esta arena, si hubiera arena en esta isla. Si hubiera pies al final de mis piernas. Si pudiera romper las cataratas y no pagar ese pasaje a ningún lado. Fin de semana largo, fin de semana y largo. Nunca termina la semana. Una semana de meses de final.

Postmortem.

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