En el bordecito del camino. Aquel por donde no está marcada la huella, pero todavía es camino porque sirve para andar. No es al costado del camino, como aquel otro soñador, sino es más bien todavía en movimiento. Porque la única forma de lograr el equilibrio es estando en movimiento y porque estaba ocupado -entre terribles edificios- tarareando sobre las largas calles de la libertad y sus suntuosas curvas que me hacen acordar a las tuyas. Todo lo que tengo es un corazón y si tuviera auriculares estaría escuchando a alguien que no quiere patear más con la de palo.
No queremos más lo que hubo sino algo nuevo. Lo viejo está muriendo y agonizando y es necesaria la revolución. Cerrar los ojos es perder, detenerse es morir. Igualmente el amar es profundo. Me crucé a un angel al bordecito del camino y me lo preguntó claramente, "¿éstas son horas de andar recuperando amores?".
Yo creí que era muy temprano pero en realidad, era muy tarde.
Horas.
20.5.10
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1 comentario:
modernidad
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