Todos bailan. El mundo viaja a ritmo.
Todos tienen el tiempo más exacto en su reloj biológico, a tempo el movimiento. A tempo y sin detenciones. Me siento en desvelo, en vuelo total. En pausa de sonido, en un reflexivo silencio.
Y sobre todo... ¿para qué esperar a estar enterrado si hay vitrinas para los vivos también?
Parque.
24.11.09
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