10.9.08

Como el anuncio de que vas a llegar, sin necesidad de verlo, de saber, de que pase ahora. Es un alivio. No podríamos estar toda la vida esperándote, toda la vida sabiéndote posible pero sin vernos ni una vez, sin lograr palpar esa magia que, cuentan, existe una vez que pisás tierra y estás para mí y para siempre.
No llegaste y ya siento en la piel el peso de tu peso. Como la canción que cantaban antes de que llegue yo, esa melodía que aún hoy me entristece hasta lo más profundo. Nunca supe qué fue, qué camufló la alegría y porqué se me seca la garganta. Debería haber un festejo de luz y de vida. Debe ser que lo que es tan limpio, tan puro, no se puede comprender y no se puede soreir. No está dentro de nuestros parámetros, nos supera, nos traspasa, nos revive, nos purifica.
A veces tengo miedo. Me pregunto adónde vamos a ir. Si vas a estar bien. Si será suficiente lo que tengo y tengamos. Si mi presente podrá construir un buen futuro que ofrecerle a tu presente. Si serás de verdad. Si lograrán mis deseos alimentar la voluntad y crearte tal como te imagino... tal como te imagino, pequeño y frágil, tan fuerte como para motivarme, tan capaz de florecer, tan tierra de mis adentros, tan flor que se vuelve al cielo y lo mira como seguro de poder conquistarlo.
A volar, volar.


... Y uno esta vacio para que después
lo llene la dicha de verte nacer.

No hay comentarios: