Ya pasó todo. La nube de dibujito animado, eso de que uno no sabe bien con quien arreglárselas y todo lo demás. Descubrimos que está bien así. Que igual hay aire e igual hay palabras para incluir a la sopa de letras del alma. Pensé mil veces en eso escuchando una canción que creí que después de tanto tiempo ya no causaba nada. Error. Me acordé de lo importante que es que se despeje y eso de que esté el sol. Fue una suerte. De otra forma no hubiera sentido mis pies doler y los pelos desordenarse violentamente en un mar de gente que llevaba y traía movimientos, voces, manos alzadas y humedades como de otro planeta. Ah, que vulgar y sin embargo tan importante. Tanta fuerza, tan distinto. Lo mejor es saber que no hay más lugar para la astilla metida en el pulgar. Fue un instante de dolor y desconcierto. De que nada es lo que parece. Ahora todo es distinto. Queda una huella pequeña de las que se olvidan. Hay un dolor de cansancio a nivel de las costillas, porque ninguna euforia es gratis. Y las horas anuncian un abrazo esperado, tiempo de acortar distancias y aceptar la invitación a vivir la nueva vida. Ojalá haya dientes suficientes para ilustrar tanta sonrisa.
Por nada gracias.
7.7.08
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