16.4.10

La bomba humana palpitando con furia piel adentro. La clave de sol, la cadera, su deseo inhumano de arrancarle pedazos de carne con la boca, en el intento desesperado de amar.

Paciencia para el recorrido: La voz, un grito horrible que empuja adentro de los pulmones, apoya sus manos feas contra las costillas y duele, es como si quiera quebrarlas y salir para afuera entre restos de huesos.

Pero la contengo, mando soldados de rasonable sensibilidad a intentar que afloje un poco, que no presione tanto, que sea amable y escuche cuando aquel buen hombre pidió cucharadas de miel en vez de piedras. Y la fe.

En realidad es bastante distinto a lo que se diría: Es Dios el que no cree en mí. Nunca estuve dentro de sus rangos, siempre me escapé por el rabillo de sus ojos, y un día se cansó de tener que ajustar constantemente su campo visual.

Ahí fue cuando pasaron todas aquellas cosas desagradables, cuando el ser humano se volvió hombre y el ángel se cayó del cielo a mendigar miguitas de pan. Hace frío, es casi invierno. El Sol que no sopla y el viento que no calienta.

Hoy es viernes.

No hay comentarios: