¿Qué esconde ayer?
Te dije que pararas de gritarme en el parlante, que me tenés con el sonido superfluo en cada célula de mi escuchar. Que me tenes harto de pensar en cada verso tres veces y en cada boca un millón. Que no te quiero pedir los documentos ni sacarte los ojos, pero todo a la vez, y hornearlo en el fondo de una olla y poder saborearlo después. Hasta lamer los huesos de tus restos, pero con amor. Hasta poder llegar al último país sin conquistar y ganar con un mínimo ejército de fichas inservibles. Sin señales llegar a husmear entre el puro y horrible sabor de la hoja verde que cuelga del arbol de mi abuela, poder meter mi nariz y soñar con ojos abiertos que tras el telgopor estamos comiendo alegría y no alergía, pasión y no paso. No pasar, poder llegar más allá que la viscosidad de lo marrón y volar a un último piso con respiros y mentiras que sean verdad. Alfileres que piquen fuerte y latidos que te hagan morir de estar. Kataplum, te dije que pararas de gritarme en el parlante que me va a estallar hasta el corazón.
Peranza es des.
20.11.07
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