Complicado el clima digno para salir a jugar a este campo blanco. Una nieve vertical que cae delante de mis ojos que son nubes blancas para rellenar de prosa rimada que alguien leerá. No hay destinatarios ni remitentes reales en estas cartas que se gritan al viento, no hay música más que en la mente que alguna vez soltó este ladrido, aunque siga sonando en el pasado de por ahí. Y hace días que el cielo gris no para de llorar. En los ascensores, en los pasillos y en el almacén la gente habla de que no para de llorar hace días y que el clima nunca fue así, ni el año pasado que venía menos peor. Los exagerados dicen que se acaba el mundo acá donde no estás mirando. Los menos fatales lloran letras de cianuro en mentes ajenas, que perciben el suicidio y el pánico. Mierda.
Dando la vuelta al mundo, volando en una mosca infernal.
25.10.07
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